Según la EFSA, Los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos son aquellos materiales y objetos que:

  • Contactan directamente con alimentos como por ejemplo un túper de plástico o un recipiente de comida lista para consumo.
  • Su uso previsto es entrar en contacto con alimentos o transferir sus componentes a los alimentos en condiciones normales o previsibles de empleo. Como es el caso por ejemplo del papel de aluminio o el film transparente.

Estos productos, pueden incluir: plásticos, celulosa regenerada, siliconas, productos textiles, adhesivos, cerámica, corcho, caucho, vidrio, resinas, metales y aleaciones, papel y cartón, barnices y revestimientos, ceras, madera y materiales y objetos activos e inteligentes.

Los materiales destinados a uso alimentario se fabrican respetando buenas prácticas de fabricación, y se tiene en cuenta el uso esperado de los mismos, para que los componentes del material no se transfieran a los alimentos o no se transfieran en cantidades superiores a las permitidas.

Poniendo un ejemplo más claro, si un material se fabrica pensado para calentar comida en su interior, se hacen pruebas a las temperaturas máximas permitidas, para comprobar que no hay migración a los productos alimentarios.

De esta manera los materiales en contacto con los alimentos no representar un peligro para la salud humana, ni tampoco provocan modificaciones inaceptables de la composición de los alimentos, a nivel químico ni alteraciones organolépticas. Por supuesto, siempre que los utilicemos para lo que está previsto.

Existen 2 reglamentos de carácter obligatorio para los materiales de contacto con alimentos.

  • Reglamento (CE) 1935/2004, de 27 de octubre de 2004, del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos y por el que se derogan las Directivas 80/590/CEE y 89/109/CEE, de manera que se garantiza que todos los materiales que se ponen en el territorio comunitario cumplen los mismos requisitos de calidad.
  • Reglamento (CE) 2023/2006, de 22 de diciembre de 2006, de la Comisión, sobre buenas prácticas de fabricación de materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos.

Para realizar la determinación de la migración de sustancias toxicas a los alimentos se utiliza el método de ensayo establecido en la Norma UNE 53-330.  Esta norma determina la migración global de los materiales en contacto con alimentos simulados.

Ahora vamos a comentar algunas peculiaridades del material de uso alimentario más frecuente y extendido y también el que más problemas puede presentar en cuanto a migración de componentes químicos hacia los alimentos, el Plástico

A todos nos ha pasado alguna vez, que hemos calentado comida en un túper, y hemos notado un sabor u olor raro que no hemos sabido identificar. Esto puede deberse a que algunos componentes del envase han migrado a nuestra comida por que lo hemos calentado demasiado y probablemente, el uso esperado del envase no era ese.

El plástico está formado por moléculas llamadas polímeros, estas moléculas, por su tamaño no pueden migrar del envase al alimento. Pero junto a los polímeros hay moléculas de tamaño más pequeño que si pueden migrar, como por ejemplo el Policarbonato y la resina epoxi. Utilizados para hacer botellas o recubrir el interior de las latas de conserva.

Para elaborar policarbonato y resina epoxi se utiliza una sustancia química llamada Bisfenol A (BPA), esta sustancia puede transferirse en pequeñas cantidades a los alimentos y bebidas. Su toxicidad y efectos negativos en la salud están demostrados y en el año 2011 la comisión Europea aprobó una restricción para fabricar biberones con esta sustancia.

Otro tipo de plástico muy conocido y extendido es el Cloruro de Polivinilo, PVC se usa para materiales en contacto con los alimentos que necesitan ser más flexibles, o dicho de otro modo, se agregan más aditivos al plástico para ganar flexibilidad. Uno de estos aditivos son los Ftalatos que al igual que el BPA también se relaciona con provocar alteraciones endocrinas en el ser humano.

¿Como sabemos que recipientes son más seguros y cuales es mejor evitar?

A nivel de consumidor, podemos encontrar una simbología internacional de reciclaje que se usa para identificar qué tipo de plástico es. Es un triangulo hecho con flechas y tiene un numero dentro del 1 al 7.

En la siguiente imagen podemos encontrar un resumen de la clasificación. Si sabemos identificar e interpretar esta clasificación, podemos mejorar la utilización de los plásticos.

Ilustración 1 Fuente: National Geograpfic, Gestores residuos, Recytrans

Los plásticos más seguros desde el punto de vista de la salud humana son los plásticos numerados con 1,2,4 y 5.

  • El número 1, el PET o tereftalato de polietileno utilizado en botellas y refrescos. Las botellas fabricadas con este tipo de plástico no se deben reutilizar.
  • El 2 o HDPE (polietileno de alta densidad). Se utiliza  en bricks de leche, zumos y bolsas hermético. Es estable e inerte.
  • El 4  o LDPE  (polietileno de baja densidad) que se usa en bolsas de alimentos congelados (Envoltorios).
  • El 5 o PP (polipropileno) , que encontramos en botellas, vasos, pajitas….

Por el contrario los plásticos tipo 3 (PVC) y tipo 6 (Poliestireno o PS) pueden movilizar componentes químicos hacia los alimentos.  El tipo 7 es un “cajón de sastre” muy grande e incluye muchos tipos de plástico diferente que a su vez se divide en subgrupos. El subgrupo más numeroso son los plásticos de Policarbonato (PC), del que ya hemos explicado anteriormente que está asociado al bisfenol A, por lo que siempre que se pueda, mejor evitarlo.